Sólo el matorral, traidor, supo romper tu equilibrio;
insaciable planicie, frustración de topógrafos,
quebrantada por usos de funcionalidad contemporánea
de quien vulnera, impío, mediante adobes y acequias.
Descartas la amabilidad cromática resucitando gamas;
delatas curtidas, erosionadas, complexiones estrógenas
acariciadas, asintóticamente, por cielorrasos leptocúrticos,
por cúpulas, al filo, copulativas.
Angélica Font
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