Y por qué no;
quién ajeno a sentimientos
se considera con la superioridad ética
de restringir la atracción elemental,
de limitar el impulso inductivo,
de coartar aquello que llega a ser
una necesidad.
quién ajeno a sentimientos
se considera con la superioridad ética
de restringir la atracción elemental,
de limitar el impulso inductivo,
de coartar aquello que llega a ser
una necesidad.
Luis Apolodoro Carrascal
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