viernes, 8 de marzo de 2019

Una nota apresurada

Has llamado al timbre y sé que piensas matarme; también sé que esta nota recién pasada por debajo de la puerta no conseguirá disuadirte de tus intenciones, por eso me he armado de valor y sólo trato de ganar tiempo para que mientras fuerzas la cerradura y entras en la casa, empuñando el cuchillo y resuelto a clavarlo, veas con tus ojos, ahora, cómo pendo colgada de la lámpara mientras el vaivén todavía brusco de mi cuerpo, como un ritual, empuja tu cena hacia la boca y te obliga a vomitarla, en tanto eres presa de un ataque de pánico y echas a correr calle abajo, porque tú nunca has visto un muerto y jamás tendrías valor, imbécil, de matar a tu esposa.

No hay comentarios: